viernes, 24 de junio de 2011

La festividad de San Juan


El día de San Juan constituye una fecha de gran importancia dentro del calendario tradicional, ya que más allá de las connotaciones otorgadas por el cristianismo, esta festividad, en su significado originario, se pierde en la noche de los tiempos. Antes de que se produjese la adaptación de muchos símbolos, leyendas o elementos precristianos al pujante poder de conversión de la iglesia, San Juan nos remitía a una celebración asociada a la idea cíclica del tiempo. Dentro de la observación de los fenómenos cósmicos el actual 24 de junio implica que el sol alcanza su máximo apogeo respecto a la proyección de sus rayos sobre la superficie terrestre. Teogónicamente implica el momento de máxima actividad heroica en la transmisión y sucesión de poderes verificados a través de generaciones de deidades. De modo en la mitología griega, por ejemplo, nos aparece Urano, Saturno y Júpiter y seguidamente Helios Apolo. En otros contextos precristianos nos aparece el sol como hijo directo del dios del cielo. En este contexto el sol es reflejo de lo heroico, y en numerosos pueblos a lo largo del orbe mundial aparece la idea del héroe asociados a un rango solar e identificados con el sol. Dentro de estos cultos solares no podemos olvidar la importancia de la hierofanía solar en la Roma clásica, así como en el antiguo imperio Egipcio. El sol representa en sí mismo la potencia de la fuerza masculina en contraste con la luna, de naturaleza opuesta y, por tanto, femenina. El sol encierra en sí mismo el sentido pleno de la inmortalidad sumergiéndose en las aguas con el languidecer de la tarde para volver a salir al día siguiente, sin extinguirse nunca. De modo que el Sol está asociado a esa idea de totalidad y fuente de vida en un simbolismo que remontaríamos al fenómeno megalítico y más allá. A nivel más popular el solsticio de verano es considerado, al representar un momento de transición, como un momento de purificación y promesas de buenos augurios a través de las diversas celebraciones que tienen en torno a las hogueras.

Dentro del ámbito del cristianismo la leyenda de San Juan se encuentra asociado al águila. El águila también se identifica con el sol y el principio espiritual, y de hecho su vida transcurre a pleno sol, de ahí que se considere un animal luminoso. Al identificarse con el sol, y su naturaleza cíclica, se asocia a la actividad masculina fecundante de la naturaleza materna. También es emblema del rayo, de la guerra y en definitiva de la naturaleza heroica. Con lo cual San Juan continúa manteniendo su antiguo significado a través de sus símbolos. San Juan nos aparece como predecesor de de Jesús, y siendo objeto de veneración en multitud de lugares por toda Europa, además de ser objeto de veneración en las tres grandes religiones monoteístas.

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